Hoy es el Día del Padre, esa fecha que, como bien dicen los memes, es como el Día de la Madre, pero más barato. No es que tengamos algo contra los papás, pero es innegable que esta celebración no despierta el mismo furor comercial y emotivo que el 10 de mayo. Aun así, se celebra porque muchos tuvimos o tienen la enorme fortuna de haber crecido con un padre amoroso. Sin embargo, también hay que reconocer que este día es muy complicado para muchos mexicanos y mexicanas.
Ah, los memes del papá desaparecido, del que fue por los cigarros y nunca regresó, del papá ausente. Como buenos mexicanos, humanizamos ese dolor, esa ausencia que claro que pesa, y nos burlamos de que cientos de personas no tienen un héroe, un modelo masculino a quién admirar e imitar. Porque el abandono paterno es una realidad tristemente común. Hablamos de esos hombres que, al enterarse de que dejaron a una mujer embarazada, hacen la graciosa huida… no es su hijo, no es su responsabilidad, o esa mujer «se embarazó para atraparlo». Para ellos, es más fácil irse.
También están esos rufianes que, una vez que se divorcian o se separan de sus parejas, se olvidan de que también son responsables económicamente, emocionalmente y socialmente de ese ser que ayudaron a concebir. Esos hombres que los vieron nacer, los cargaron, vieron su fragilidad y su enorme dependencia, y aun así decidieron marcharse.
En respuesta a esto, hoy también es un día en que los hombres, y también mujeres, se permiten burlarse de esas mujeres que se sobrepusieron al abandono del padre de sus hijos, las llamadas «mamás luchonas». Hoy también nos esperan un montón de memes burlándose de aquellas que son «madre y padre» a la vez, se burlan de que hacen la labor de crianza y manutención por ellas mismas, y casi es su culpa por «no elegir bien con quién tener hijos». ¡Ja!
Sí, es un tema difícil el Día del Padre. Hay otro gran tanto de personas para quienes este día es sensible porque la ausencia del padre se debe a la muerte, porque no tienen a ese hombre. A quienes no tuvieron la oportunidad de conocerlo siquiera porque nacieron ya huérfanos… y otros tantos como yo, que lo conocimos, lo amamos, lo disfrutamos, y ya lo perdimos. ¿Qué se hace en este día cuando esa ausencia pesa?
Hoy, entonces, solo me queda felicitar a esos hombres que están presentes en todos los niveles, que no solo se encargan de trabajar para proveer, sino que juegan con sus hijos, que se toman tiempo para hablar con ellos, para conocer sus problemas, para ayudarlos con las tareas, para enseñarles valores, para guiarlos. Esos padres son lo que esta sociedad necesita, de los que son solidarios y comparten responsabilidades de crianza con la mujer.
Así que, felicidades a los papás presentes, a los que están ahí, a los que realmente hacen la diferencia. Y a los que se fueron… un abrazo hasta el cielo.