La violencia de género se ha incrementado y se ha convertido en una demanda social importante, orillando a las mujeres a implementar nuevas medidas que puedan ser útiles ante situaciones donde se encuentren en riesgo. El lenguaje no verbal ha sido un impredecible ante estas situaciones, ya que muchas veces se encuentran acompañadas de su agresor y no pueden solicitar ayuda de manera evidente.
Por ello, en 2020, la Fundación de Mujeres Canadienses (Canadian Women’s Foundation) tuvo la iniciativa de crear una campaña llamada #SignForHelp (señal de ayuda), para auxiliar a mujeres víctimas de violencia durante el confinamiento del COVID-19. La campaña fue difundida exitosamente y trascendió fronteras, volviéndose un código internacional que llegó a más de 40 países y siendo adoptado por más de 200 organizaciones internacionales.
La señal consiste en un movimiento de mano en dos tiempos. Primero, la víctima levanta su mano con la palma hacia fuera y dobla el pulgar hacia dentro, luego, baja el resto de sus dedos. Este gesto simboliza el sentimiento de la víctima a sentirse atrapada y se ha vuelto una herramienta de alerta mundial muy útil.
En otros países de Europa, durante el confinamiento, se sumó otro método denominado «mascarilla-19» que consistía en pedir una ‘mascarilla-19’ para alertar que estaban siendo violentadas y necesitaban ayuda, el personal farmacéutico reconocía la señal e inmediatamente se ponía en contacto con las autoridades para poder proteger a la víctima.
Por su parte, el Gobierno de británico implementó el Programa ‘Ask for Ani’ (pregunta por Ani), para ayudar a víctimas de violencia de género a ser escuchadas. El programa se llevó a cabo en farmacias de dicho país, donde el personal estaba calificado para actuar ante esta alerta.
Otro método muy parecido, es «Ask por Ángela» (pregunta por Ángela) que surge en 2016 para asistir a mujeres que salían a citas a ciegas y se sentían intimidadas por su acompañante. Para llevarla a cabo, solo debes acercarte al personal del restaurante preguntando por ‘Ángela’ y ellos sabrán que te encuentras en una situación de peligro y te brindarán el apoyo necesario.
Una de las propuestas más virales fue la llamada «Pizza-911», donde una mujer chilena fingió una llamada para ordenar una pizza en el servicio de emergencias, brindando datos concretos de forma discreta para poder ser localizada y auxiliada, el operador rápidamente comprendió la situación y le proporcionó los medios necesarios para salvaguardarla. Este hecho ha sido replicado por mujeres en muchas partes del mundo.
Dentro de los esfuerzos, surgen dos iniciativas impulsadas por la UNICEF; la primera «No más sangre» que se basa en difundir mensajes con números de teléfono para solicitar ayuda si estás siendo víctima de violencia intrafamiliar en las toallas sanitarias; la segunda «La receta de la vecina», es un recetario que incluye «recetas secretas» con mensajes para sensibilizar y prevenir a las víctimas. Actualmente, ambas propuestas se encuentran en fase de pilotaje en comunidades del Ecuador.
Aunque los esfuerzos para resolver dicha violencia son evidentes, es de suma importancia seguir creando herramientas que permitan a las mujeres que son víctimas de violencia sentirse seguras y bajo una red de apoyo, por eso, continuemos implementando estrategias, mecanismo de defensas o palabras claves que puedan apoyar a la víctima para buscar ayuda. Así como seguir difundiendo los elementos que al día de hoy tenemos al alcance para que más mujeres se sumen y hacerle frente a esta problemática.