Una solución creada en la BUAP eleva hasta seis veces los rendimientos del maíz y otros cultivos, mientras promueve una agricultura sustentable en México.
PUEBLA, Pue.— En un paso decisivo hacia la agricultura sustentable, investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desarrollaron Inocrep, un inoculante microbiano de segunda generación que podría transformar la producción agrícola en México. Su aplicación en cultivos de maíz ha permitido obtener hasta 17 toneladas por hectárea, frente a las cuatro que se obtenían antes, además de reducir en 50 por ciento el uso de fertilizantes químicos.
La innovación es resultado del trabajo de un grupo multidisciplinario integrado por los investigadores Yolanda Elizabeth Morales García, de la Facultad de Ciencias Biológicas; y Jesús Muñoz Rojas, Antonino Báez Rogelio y Ana Line García Torres, del Instituto de Ciencias, quienes han dedicado más de una década a perfeccionar esta tecnología.
Biotecnología que trabaja con la naturaleza
Inocrep está conformado por seis especies de bacterias benéficas —entre ellas Azospirillum brasilense, Burkholderia unamae y Pseudomonas putida— que actúan en conjunto para favorecer el crecimiento vegetal, eliminar patógenos y mejorar la calidad del suelo, sin afectar los microorganismos naturales. Su aplicación no solo incrementa la productividad, sino que también ayuda a resistir sequías y suelos salinos, factores críticos ante el cambio climático.
De acuerdo con la doctora Morales García, no existe a nivel mundial una patente con las características de Inocrep, pues además de aumentar los rendimientos, remueve sustancias dañinas para la salud y mantiene su efectividad incluso con escasez de agua.
De la tesis al impacto real
El proyecto inició en 2008 como parte de una tesis doctoral. Tras años de investigación, las seis cepas más eficientes fueron seleccionadas de entre 120 analizadas, lo que llevó a solicitar una patente en 2013. Tres años después, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) la otorgó, marcando un récord en el área de biotecnología.
Con el objetivo de llevar la innovación al campo, se creó la empresa derivada “MicroBST Yoliza”, encargada de la producción industrial del inoculante. Dos biorreactores de 150 litros y una planta piloto en la BUAP permiten actualmente fabricar el producto, que ya ha sido probado con éxito en cultivos de maíz, jitomate, frijol, papa y flores ornamentales en estados como Chihuahua, Oaxaca, Hidalgo, Morelia, Guerrero y Chiapas.
A un paso del mercado
Inocrep se encuentra en su última fase antes de su comercialización. El proyecto recibió financiamiento de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación para obtener licencias sanitarias y registro ante la Cofepris, mientras que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) validará su efectividad e inocuidad.
En paralelo, el equipo implementa un sistema de gestión de calidad basado en las normas ISO 9000 e ISO 17025, con protocolos que garantizan la inocuidad, seguridad y eficiencia del producto, explicó la maestra Ana Line García Torres.
Una alternativa mexicana para el futuro del campo
Además de su bajo costo de aplicación —una dosis de 300 mililitros por hectárea—, Inocrep representa una alternativa sustentable frente al uso intensivo de fertilizantes químicos, lo que podría beneficiar tanto a pequeños productores como a grandes extensiones agrícolas.
Con esta innovación, la BUAP reafirma su liderazgo en investigación biotecnológica aplicada y su compromiso con una agricultura más productiva, responsable y respetuosa con el medio ambiente.




