Investigadores del Centro de Investigación en Dispositivos Semiconductores (ICUAP) de la BUAP han logrado un avance importante en la lucha contra el bisfenol A (BPA), un compuesto químico ampliamente utilizado desde la década de 1950 en la fabricación de plásticos y resinas. Mediante el uso de hidroxiapatita dopada con zinc (Zn-HAp), lograron degradar este contaminante en un 82 por ciento, posicionando este material como un fotocatalizador prometedor en la tecnología de tratamiento de agua.
El BPA, presente en botellas, revestimientos de latas, envases de alimentos y tickets térmicos, ha sido vinculado con problemas de salud como disfunciones del sistema endócrino, síndrome de ovario poliquístico y tumores tiroideos. Aunque representa un riesgo, su regulación aún no es una realidad en México, a diferencia de otras regiones.
Un enfoque innovador con resultados prometedores
La investigación, cuyos resultados fueron publicados en 2022, fue realizada por Diego Benítez Maldonado, egresado del Doctorado en Dispositivos Semiconductores, bajo la supervisión de las doctoras María Josefina Robles Águila y Esmeralda García Díaz. También colaboró el doctor Sergio Alberto Sabinas Hernández, del Instituto de Física “Ing. Luis Rivera Terrazas”, quien contribuyó en el análisis de fases cristalinas mediante el método de refinamiento Rietveld.
La doctora Robles Águila explicó que la hidroxiapatita es un material versátil con aplicaciones biomédicas y de remediación ambiental. Al incorporar iones metálicos como zinc, manganeso, hierro y cobre, el equipo encontró que el zinc ofrecía propiedades similares al óxido de titanio, ampliamente usado en la eliminación de contaminantes.
“Durante cinco ciclos de uso, observamos que la efectividad de la fotocatálisis disminuye. El material puede reutilizarse hasta dos veces con una degradación de más del 80 por ciento en el primer ciclo, pero cae al 40 por ciento en el tercero”, señaló.
Próximos pasos hacia una solución sostenible
El siguiente desafío de la investigación es comprender los mecanismos específicos de la fotodegradación del BPA y asegurar que los productos resultantes no sean perjudiciales. “Identificamos las especies responsables de la degradación, pero nuestro objetivo es mejorar la eficiencia del proceso y garantizar una mineralización completa y segura del compuesto”, concluyó Robles Águila.
Este proyecto refuerza el compromiso de la BUAP con la innovación científica aplicada a la protección del medio ambiente y la salud humana.