En tan solo dos años y medio de funcionamiento, el Laboratorio Escuela de Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte de la BUAP ha triplicado su número de usuarios, consolidándose como un espacio fundamental en la formación de atletas universitarios de alto rendimiento, pero también como un aliado para quienes practican deporte con fines recreativos.

Impulsado por la rectora María Lilia Cedillo Ramírez y ubicado en la Arena BUAP, este laboratorio nació a finales de 2022 con una misión clara: promover estilos de vida saludables en la comunidad universitaria y elevar el nivel competitivo de los deportistas que representan a la institución en torneos locales, nacionales e internacionales.
A cargo del reconocido maratonista y médico Sergio Jiménez Cancino, campeón nacional y mundial en pruebas de fondo, el laboratorio opera con tecnología de punta importada de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Aquí, los atletas pueden someterse a evaluaciones como electrocardiogramas, análisis de fuerza muscular, capacidad pulmonar, pruebas de esfuerzo y estudios nutricionales y psicológicos.
“Para mejorar el rendimiento deportivo, hay que medir y evaluar. Lo que no se mide, no se puede mejorar”, afirma Jiménez Cancino, quien cuenta con especialización en Entrenamiento y Ciencias Aplicadas al Deporte por el Comité Olímpico Internacional.
De 15 a más de 50 usuarios al mes
En sus inicios, el laboratorio atendía de 12 a 15 usuarios mensuales. Hoy, son más de 50 universitarios al mes quienes acuden a este espacio, que no sólo da seguimiento médico a selectivos deportivos, sino que se ha abierto a estudiantes que buscan mejorar su salud física y prevenir lesiones.
Las instalaciones cuentan con salas especializadas para monitoreo cardíaco, dinamometría, pruebas neuromusculares, caminadoras de alta gama, espacios para mediciones antropométricas, y servicios médicos integrales que incluyen nutrición, odontología, psicología y análisis de sangre.
Uno de los aportes clave de este laboratorio es la evaluación en cada etapa del entrenamiento: preparación, competencia y recuperación. Esto permite a los atletas conocer con precisión su estado físico y evitar el sobreentrenamiento o la fatiga, situaciones que pueden derivar en lesiones o bajo rendimiento.
Salud física y emocional, una combinación clave
Además de las pruebas físicas, el laboratorio también pone énfasis en el bienestar emocional del deportista. Desde el área de Psicología, se brinda acompañamiento para manejar la presión de las competencias; mientras que Nutrición ayuda a establecer dietas balanceadas y adecuadas a las necesidades metabólicas de cada persona.
Con la asistencia de estudiantes y egresados de la Facultad de Cultura Física y otras unidades académicas, el laboratorio también funciona como un espacio formativo, donde la ciencia del deporte se aplica en tiempo real.
“Les damos herramientas para que tomen decisiones informadas sobre su participación en competencias. Les decimos: estás bien, estás apto o necesitas descansar. Medimos resistencia, fuerza, potencia y estado general de salud”, explica Jiménez Cancino.
Más allá del rendimiento: una cultura de prevención y bienestar
El Laboratorio Escuela de Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte no solo entrena campeones, también promueve una cultura de cuidado y autoconsciencia física y mental. Así, la BUAP no sólo apuesta por medallas, sino por universitarios más sanos, conscientes y preparados.
Esta iniciativa ejemplifica cómo la universidad pública puede incidir positivamente en la salud, el deporte y la formación integral de sus estudiantes, combinando tecnología, ciencia y vocación por el bienestar.




