Este 2025 ha sido un año marcado por la violencia hacia los animales en Puebla: envenenamientos, abandonos, golpizas y hasta casos de crueldad extrema. Con el de este fin de semana, ya suman al menos cuatro hechos graves documentados que han causado indignación social y que demuestran que el maltrato animal sigue siendo una herida abierta en la entidad.
El más reciente ocurrió en Tehuacán. El pasado domingo 7 de septiembre, un perrito llamado Tiger fue atropellado de forma aparentemente intencional por el conductor de una camioneta azul con placas UBW715B, quien, tras arrollarlo en la Calzada Adolfo López Mateos, huyó del lugar sin hacerse responsable.
Tiger no sobrevivió a las heridas, a pesar de que fue llevado de inmediato a una clínica veterinaria. La noticia corrió rápido entre los vecinos y provocó la indignación de la comunidad y de asociaciones animalistas que exigen justicia.
La denuncia y la investigación ya están en marcha
Ese mismo día, la tutora de Tiger buscó apoyo en la asociación TAC, Una Protección al Entorno A.C., quienes de inmediato le brindaron asesoría jurídica y acompañamiento.
La Fiscalía General del Estado de Puebla confirmó que se abrió una Carpeta de Investigación por maltrato animal, delito que desde 2015 está tipificado en la ley poblana. Como parte del proceso, ya se están reuniendo testimonios, videograbaciones y demás pruebas que permitan dar con el responsable.

Una exigencia colectiva: justicia para Tiger
Desde TAC, la exigencia es clara: que este caso no quede impune. “Es importante que la ciudadanía denuncie los hechos de maltrato o crueldad animal de los que sea testigo, ya que es la única forma de obtener justicia en beneficio de los animales”, señaló la organización.
En redes sociales, vecinos y defensores de los derechos animales han mostrado su indignación y tristeza, recordando que los animales son seres sintientes protegidos por la ley, y que perder la vida de esta manera no solo es cruel, sino también un delito que debe castigarse.
¿Por qué importa este caso?
Tiger no fue “solo un perro”. Era parte de una familia que hoy llora su ausencia. Su muerte revive un reclamo constante: el maltrato animal en Puebla sigue siendo una realidad que necesita castigos ejemplares.
La sociedad está cada vez más unida en exigir justicia para quienes no tienen voz. Este caso será una prueba más de si las autoridades realmente cumplen con proteger a los animales o si todo quedará en el olvido.
