Logran reducir hasta en 92% la presencia de paracetamol y 91% de azul de metileno; el proyecto busca aprovechar la luz solar para potenciar su efecto depurador.
Frente a la creciente presencia de contaminantes emergentes en cuerpos de agua, como colorantes textiles, fármacos, pesticidas, metales pesados y hormonas —los cuales no están regulados y representan un riesgo para la salud humana y el medio ambiente—, investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desarrollan una innovadora tecnología capaz de eliminarlos de manera eficiente y sostenible.
La investigación, liderada por el doctor Gerardo Enrique Córdova Pérez, en el marco de su estancia posdoctoral en el Laboratorio de Innovación y Materiales Aplicados de la BUAP, en colaboración con el doctor Jorge Raúl Cerna Cortez, se basa en la elaboración de fibras de óxido de titanio con tungsteno mediante la técnica de electrospinning. Estas fibras se trituran hasta formar un polvo al que se le agregan nanopartículas de oro, con el fin de activar el catalizador usando luz visible, como la solar, y así reducir contaminantes presentes en el agua.
En pruebas de laboratorio, este sistema ha mostrado una reducción del 91% en azul de metileno y del 92% en paracetamol, contaminantes comunes que llegan a detectarse en niveles de entre 20 a 40 partes por millón, muy por encima de los límites seguros.
“El objetivo es lograr la oxidación de estos compuestos hasta convertirlos en moléculas inocuas como agua y dióxido de carbono”, explicó Córdova Pérez, doctor en Ciencia de Materiales por la Universidad Autónoma de Tabasco. Asimismo, señaló que el producto final obtenido también muestra actividad antimicrobiana, capaz de eliminar bacterias como Escherichia coli.
El equipo multidisciplinario que participa en el proyecto incluye estudiantes de servicio social, prácticas profesionales y posgrado provenientes de instituciones de Chiapas, Tabasco y Alemania.
Además, se trabaja en el desarrollo de materiales más resistentes y versátiles, como la incorporación de óxido de circonio, que aporta mayor flexibilidad a las fibras, así como la síntesis de nanopartículas de oro por química verde, utilizando extractos de plantas como pipicha, pápalo, cempasúchil, chipilín y bugambilia, con el fin de obtener flavonoides que funcionen como estabilizantes naturales.
Actualmente, los ensayos se han realizado con luz ultravioleta, observando resultados visibles en minutos. La próxima etapa será probar el sistema directamente con luz solar o mediante equipos que simulen este tipo de radiación, lo cual permitirá evaluar su desempeño en condiciones reales.
Como resultado de los avances logrados, los investigadores ya han solicitado una patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), con lo cual buscan consolidar esta tecnología como una alternativa viable para el tratamiento de aguas residuales contaminadas con compuestos emergentes.



