Este jueves se volvió a abrir la arena de los debates sobre la controvertida Ley de Ciberseguridad en Puebla, pero ahora con un foro dedicado a escuchar a “la voz de los jóvenes”. Y vaya que se escuchó… aunque más de uno asegura que el coro ya venía ensayado.
Según reportes en redes sociales y testimonios de asistentes, el foro en el Congreso local fue protagonizado por perfiles juveniles cercanos a Morena, algo que para muchos no pasó desapercibido. Entre los nombres que salieron a relucir estaban:
- Maribel Márquez Vázquez, coordinadora juvenil de Morena.
- Gabriel Martínez Escobar, coordinador distrital de Jóvenes de Morena en Texmelucan.
- Julián Carreto, cercano a la diputada Gabriel Chumacero.
- Lander Lechuga, de Transformación Juvenil.
- Miembros de Juventud Talavera, otra agrupación afin.
- Raúl Martínez Rivera, identificado como amigo de Alexa Espidio Sánchez.
- La propia Alexa Espidio, subsecretaria del Instituto de Juventud y Deporte e hija de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos estatal.
Por si fuera poco, varios participantes contaron que les dieron un escrito con lineamientos y que el abogado Flavio Poblano los orientó para que su intervención defendiera la iniciativa sin mucho margen de crítica. Mientras tanto, sólo cinco voces ajenas a la militancia morenista se atrevieron a señalar que la ley podría abrir la puerta a la censura y al hostigamiento contra cualquier persona que critique al gobierno.
¿Y qué tiene de malo que participen jóvenes organizados?
Pues aquí entra la parte incómoda: nadie les quita su derecho a levantar la mano y defender sus ideales, de eso se trata la democracia. Pero, como bien señalaron usuarios en X, el problema no es legal, sino más bien moral y de percepción.
A ojo crítico, el timing del foro —justo después de dos eventos con muchas críticas— hace pensar que se armó con el propósito de contrarrestar la mala imagen y simular respaldo juvenil. Y claro, eso se ve poco orgánico, como si más que escuchar a Puebla, se buscara tapar el ruido con aplausos alineados.
Mientras tanto, afuera del Congreso…
Organizaciones internacionales como la ONU, Amnistía Internacional y la Comisión Nacional de Derechos Humanos no han quitado el dedo del renglón. Todas coinciden en que la redacción vaga del artículo 480 podría ser un riesgo real contra la libertad de expresión, por lo que han pedido que se revise y se modifique cuanto antes.
Así que entre aplausos, sospechas y discursos, la gran pregunta sigue flotando en el aire: ¿El Congreso de Puebla de verdad quiere abrir el debate o sólo busca montar la escenografía perfecta para validar la ley tal como está?

