Israel N., el único de ocho presuntos agresores de la activista Olimpia Coral Melo, fue liberado tras obtener un amparo legal. Este desenlace se debió a que las autoridades únicamente le acreditaron una falta administrativa.
El pasado 10 de abril, cuando la impulsora de la «Ley Olimpia», Olimpia Coral denunció haber sido víctima de agresión por parte de individuos bajo los efectos del alcohol. El incidente ocurrió mientras Coral Melo reclamaba a un hombre que orinaba en la vía pública, quien posteriormente la acosó sexualmente en una tienda de Huehuetla, Puebla.
A pesar de que el ataque y la persecución involucraron a ocho hombres, quienes agredieron físicamente el vehículo en el que se desplazaban tres mujeres, intentando sacarlas del mismo e incluso penetrando por el quemacocos y dañando las llantas, las autoridades municipales solo lograron la detención de uno de los agresores, identificado como Israel N.
Según la denuncia realizada por la feminista, el incidente comenzó cuando las tres mujeres visitaron una tienda local y el individuo en cuestión, Israel, adoptó una actitud lasciva hacia ellas. Posteriormente, al salir del establecimiento, este individuo comenzó a orinar frente a ellas, lo que provocó la reacción de Coral Melo, quien le cuestionó su comportamiento.
A este primer agresor se sumaron otros individuos que atemorizaron a Coral Melo y a sus compañeras, identificadas como Chábeli y Manuelita, quienes se vieron obligadas a dirigirse a una gasolinera en busca de ayuda.
Coral Melo, reconocida por la revista Time como una de las 100 mujeres más influyentes, informó en sus redes sociales que los abogados del único detenido lograron obtener un amparo legal. En sus declaraciones, la activista destacó la importancia de no reducir la gravedad de la agresión justificándola bajo el pretexto del estado de embriaguez de los agresores, señalando que esta actitud perpetúa la violencia contra las mujeres.
Tras el incidente, Coral Melo y sus compañeras tuvieron que recorrer más de cinco horas por carretera hasta llegar a la capital del estado de Puebla, ya que en Huehuetlán no existen instancias adecuadas para que las mujeres víctimas de acoso sexual, agresiones y amenazas puedan presentar denuncias formales.
Ante la falta de infraestructura del sistema jurídico en zonas de desigualdad como Huehuetla, Coral Melo hizo un llamado a las autoridades pertinentes, expresando la necesidad de mejorar las condiciones para que las mujeres puedan acceder a la justicia de manera efectiva.
Es importante destacar que la activista había acudido a Huehuetlán para presentar una serie de conferencias ante estudiantes de la Universidad Intercultural, destacando la relevancia de su labor en la promoción de la «Ley Olimpia», la cual busca penalizar la violencia digital con medidas que incluyen sanciones de cárcel.
En sus declaraciones, Olimpia Coral Melo enfatizó la peligrosa trivialización de la violencia contra las mujeres al emplear la narrativa de «estaban borrachos» como justificación para el atentado sufrido. Esta perspectiva, según Coral Melo, no solo minimiza la gravedad de la agresión, sino que también legitima las acciones de los agresores. Asimismo, señaló la persistencia del patriarcado en defenderse a sí mismo, incluso frente a evidencias contundentes, mediante la minimización, justificación y defensa de aquellos que perpetúan la violencia de género.