La innovación y el compromiso social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) volvieron a destacar a nivel internacional. Estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE) obtuvieron la medalla de oro en el certamen Infomatrix Argentina 2025, gracias a su proyecto Signavox, una aplicación web capaz de traducir el Lenguaje de Señas Mexicano (LSM) a oraciones escritas mediante inteligencia artificial.
El equipo ganador, conformado por Iralice Cardona Castillo, Fernando León Oropeza y José Orizaga, con la asesoría del maestro Nicolás Quiroz Hernández, compitió contra participantes de al menos seis países en la categoría de desarrollo de software. Su triunfo se suma al primer lugar obtenido previamente en la Competencia Fepro 2025, organizada por la Facultad de Ciencias de la Computación de la BUAP, que les permitió acceder al encuentro iberoamericano.
Un traductor con inteligencia y empatía
Signavox nació en el Laboratorio SLED de la FCE, un espacio de innovación donde los alumnos diseñan prototipos electrónicos. Desde ahí, el equipo desarrolló una herramienta que capta los movimientos del usuario —rostro, brazos, manos y hombros— a través de puntos de referencia, para luego transformarlos en datos tridimensionales que la inteligencia artificial interpreta como letras y palabras.
“El modelo de IA registra los movimientos y genera una traducción inmediata. Luego toma las últimas predicciones para formar oraciones completas”, explicó Fernando León, responsable del núcleo del proyecto.
Por su parte, José Orizaga destacó que el LSM tiene una estructura distinta al español, por lo que el sistema emplea probabilidades lingüísticas para construir frases coherentes y naturales. Mientras tanto, Iralice Cardona fue la encargada de crear la base de datos y de entrenar al modelo con señas reales, para lo cual contaron con la colaboración de Victoria Alemán y Mariana Mendoza, maestra sorda experta en lenguaje de señas.
Inclusión a través de la tecnología
El proyecto no solo destaca por su innovación técnica, sino por su impacto social. De acuerdo con el INEGI, en México hay cerca de 6 millones de personas con discapacidad, y un 12.1 % presenta problemas de audición. Sin embargo, solo 21 de cada 100 personas sordas en edad escolar asisten a clases, y menos de la mitad concluye la primaria.
Ante este panorama, Signavox busca ser una herramienta que facilite la inclusión educativa y laboral de la comunidad sorda, promoviendo una comunicación más accesible y equitativa.
Rumbo a un traductor bidireccional
El maestro Nicolás Quiroz señaló que el logro de sus estudiantes tiene doble mérito, al competir con proyectos internacionales más desarrollados. Subrayó que su éxito se debe a su capacidad de autogestión, trabajo en equipo y habilidades comunicativas.
A futuro, el equipo planea perfeccionar la aplicación para lograr una traducción bidireccional, es decir, que también pueda convertir texto en señas visuales. Asimismo, buscan financiamiento para consolidar su desarrollo y ampliar su alcance a otros idiomas y variantes de lenguaje de señas.
“Signavox demuestra que la tecnología puede y debe servir para incluir, para romper barreras y para crear un mundo más justo”, afirmó Quiroz.
Con este triunfo en Infomatrix Argentina 2025, los jóvenes de la BUAP no solo conquistaron una medalla, sino que reafirmaron el papel de la universidad como semillero de innovación social, tecnológica y humana.




