La emoción y la nostalgia se mezclan con el anuncio que sacudió al automovilismo: Sergio “Checo” Pérez regresa a la Fórmula 1 como piloto de Cadillac, que debutará en la categoría reina en 2026. El mexicano compartirá equipo con el experimentado finlandés Valtteri Bottas, en una dupla que combina más de 500 grandes premios, múltiples victorias y más de un centenar de podios.
Para los aficionados mexicanos, el regreso de Checo significa revivir la pasión por un piloto que ha sabido escribir páginas históricas, desde su debut con Sauber en 2011, su consolidación con Red Bull —incluido el subcampeonato mundial de 2023— y ahora este nuevo reto con una escudería que busca abrir camino como “el equipo de las Américas”. Bottas, por su parte, aporta su experiencia tras una década en la élite con Mercedes y Alfa Romeo, perfilándose como un socio ideal para esta nueva aventura.

El respaldo de Cadillac y General Motors ha sido clave. La marca estadounidense entra con fuerza a la Fórmula 1, apoyada por inversionistas que ven en este proyecto más que un debut: una apuesta de largo plazo. En su primera etapa competirán con motores Ferrari, con la meta de desarrollar su propio propulsor hacia 2029.
La dirección del equipo recaerá en Graeme Lowdon, exjefe de Manor, quien destacó que la elección de pilotos no fue un movimiento comercial, sino la base para construir un proyecto competitivo desde cero. Tanto Pérez como Bottas coincidieron en señalar que esta es una oportunidad única para dejar legado en un nuevo capítulo de la máxima categoría.
Con esta noticia, Cadillac no solo suma un undécimo equipo a la parrilla, sino que también enciende la ilusión de millones de aficionados. Para México, el regreso de Checo representa orgullo nacional; para la F1, una nueva dupla cargada de experiencia y ambición.
Two paths. One call of destiny.
— Cadillac Formula 1 Team (@Cadillac_F1) August 26, 2025
The Cadillac Formula 1 Team's future begins with them. pic.twitter.com/4r9g6IsDW1