El gobierno del estado va con todo contra el lirio acuático que invade la presa de Valsequillo, y para ello no quiere improvisar. Por eso, una comitiva oficial viajó recientemente a Hidalgo para conocer de cerca una experiencia exitosa: el caso de la presa Endhó, donde en pocos meses lograron reducir considerablemente la cobertura de esta planta acuática que, aunque es parte de la naturaleza, en exceso se convierte en un verdadero dolor de cabeza ambiental.
La visita, encabezada por la secretaria de Medio Ambiente de Puebla, Rebeca Bañuelos Guadarrama, tuvo como objetivo tomar nota de lo que sí funciona: estrategias técnicas, maquinaria, trabajo comunitario y coordinación entre instituciones. La intención es aplicar un plan efectivo, con bases sólidas, para restaurar la salud ecológica de Valsequillo y, de paso, buscar darle un uso agrícola al lirio recolectado.
En la presa Endhó, de acuerdo con datos de la SEMARNAT, el panorama era complicado: el 70% del espejo de agua —más de 850 hectáreas— estaba cubierto por lirio a principios de este año. Sin embargo, con trabajo conjunto entre gobierno y comunidades ejidales, en tres meses lograron reducir esa cobertura a 337 hectáreas. Además, acondicionaron seis hectáreas de terreno para el secado del lirio, que ya están a mitad de su capacidad.
Aunque los contextos entre Endhó y Valsequillo no son exactamente iguales, ambos comparten el mismo enemigo: una expansión acelerada del lirio acuático. Por eso, la experiencia hidalguense servirá como guía para definir una ruta crítica y viable en el caso poblano.
Un aspecto clave será el acompañamiento técnico de la Secretaría de Marina, que asesorará al gobierno estatal para aplicar estrategias eficaces. Ojo: esta asesoría no implica recursos federales, solo apoyo en conocimiento y experiencia operativa.
La comitiva poblana incluyó representantes de varias dependencias estatales como Medio Ambiente, Desarrollo Económico, Infraestructura, Seguridad Pública, así como CEAS, Capitanía de Puerto Valsequillo, Coordinación Estatal Hídrica y especialistas del IPN y la BUAP.
Con esta visita, el gobierno estatal busca dejar claro que se tomará el tema en serio, con planeación, tecnología probada y sin improvisaciones. El objetivo: recuperar Valsequillo y avanzar hacia un modelo de manejo ecológico sustentable que involucre tanto a las instituciones como a las comunidades locales.
¿Qué sigue? Aplicar lo aprendido, ajustar el plan a las condiciones específicas de Valsequillo y arrancar con acciones concretas. Porque el lirio no espera… y el tiempo para rescatar este cuerpo de agua es ahora.





