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Semana de terror para los animales en Santiago Miahuatlán: dos nuevos ataques brutales en menos de 7 días

En Santiago Miahuatlán, Puebla, ser un animal callejero es una sentencia de sufrimiento. Esta última semana, dos nuevos casos de violencia extrema contra perros conmocionaron a activistas y ciudadanos, dejando al descubierto —una vez más— la grave crisis de maltrato animal que azota al municipio.

No es exageración. Es una realidad sistemática y cada vez más frecuente: ya van ocho casos documentados de crueldad en lo que va del 2025 en este mismo municipio. Los agresores actúan con total impunidad, y las autoridades municipales, encabezadas por el presidente Omar Toledo, han optado por el silencio y la omisión.

La asociación TAC · Una Protección al Entorno, que ha dado seguimiento y apoyo a las víctimas, fue quien alertó sobre los hechos ocurridos esta semana:

Caso 7: Piedra al corazón de la indiferencia

El pasado 26 de julio, un perrito que dormía tranquilamente en la vía pública fue atacado sin motivo alguno. Un sujeto, en pleno uso de conciencia, tomó una piedra y se la lanzó directamente al cuerpo, con la clara intención de herirlo. Y tras ello, con la misma frialdad, colocó la piedra nuevamente en su lugar, como si nada hubiera pasado.

«Su único objetivo fue dañar al animalito», denunció TAC.

Este acto, además de cruel, es símbolo del desprecio con el que se trata a los animales en la zona. Lo más alarmante es que el ataque ocurrió en un espacio público: un lugar donde cualquiera —niños, adultos, familias— pudo haber sido testigo del acto violento y, aun así, el agresor actuó con toda tranquilidad. ¿Por qué? Porque sabe que nadie lo va a sancionar.

El perrito fue resguardado por TAC y está siendo valorado por un médico veterinario.

Caso 8: “Mia” atacada a machetazos

Tan solo un día después, otra tragedia: «Mia», una perrita, fue agredida brutalmente con un machete en múltiples ocasiones. Las heridas fueron tan severas que tuvo que ser trasladada de emergencia a Tehuacán para recibir atención especializada. Sufre daños graves en sus patas traseras y en la cola.

“No hay justificación posible ante un acto así. No fue defensa propia, no fue accidente. Fue una agresión directa, intencional y salvaje”, denunció la asociación.

Incluso, en un intento de minimizar lo ocurrido, allegados de los presuntos agresores han intentado justificar el ataque, pero las pruebas documentales desmienten cualquier versión defensiva.

Santiago Miahuatlán: ¿el pueblo donde maltratar animales no tiene consecuencias?

Estos casos no son hechos aislados. En el mismo Santiago Miahuatlán ocurrió el tristemente célebre caso de «Huesitos», un perrito que también fue atacado mientras dormía, convirtiéndose en símbolo de la crueldad que enfrentan cientos de animales en México.

¿Cuántos animales más deben ser agredidos antes de que el presidente municipal Omar Toledo actúe con responsabilidad?
¿Qué más tiene que pasar para que el municipio implemente políticas públicas reales de protección animal?
¿Cuántas piedras, machetes y actos cobardes tienen que registrarse para que se entienda que la violencia contra los animales también es violencia social?

TAC exige justicia, no discursos

La asociación TAC ya inició los procesos legales correspondientes en ambos casos. La Ley de Bienestar Animal en Puebla tipifica la crueldad animal como un delito penal. Y se va a aplicar.
Pero también se exige un cambio estructural: prevención, educación, campañas permanentes, capacitación y sanción. No basta con indignarse cuando se viraliza una foto o un video.

La violencia no se detiene con likes, se detiene con justicia

Santiago Miahuatlán no necesita un presidente que dé discursos, necesita un presidente que actúe.
Porque la vida de un animal no es menos valiosa solo porque no habla, no vota o no paga impuestos.
Y porque una comunidad que permite este nivel de agresión sin respuesta, se convierte en cómplice.

La ciudadanía está harta. Las organizaciones ya están actuando. Pero ¿y la autoridad?

Exigimos justicia para Mia.
Exigimos justicia para el perrito agredido con piedra.
Exigimos justicia para Huesitos.
Y exigimos que Santiago Miahuatlán deje de ser tierra de impunidad para los agresores de animales.

Porque cada agresión que se tolera, se repite.
Y ya van ocho.

Por los que no tienen voz, pero sí derechos.
Ni un animal más violentado en el abandono.