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La BUAP le entra al apoyo a la crianza: ya hay lactarios en el CCU

En la BUAP están demostrando que se puede ser mamá (o papá corresponsable) y continuar con la vida universitaria sin tanto estrés. ¿Cómo? Pues instalando lactarios chidos, cómodos y seguros en varios puntos del Complejo Cultural Universitario (CCU). Estos espacios no solo son para amamantar o extraer leche, también son una forma de decir: “aquí se respetan los derechos humanos y la igualdad de condiciones”.

Actualmente, ya están funcionando tres de estos espacios: uno en el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico (ICGDE), otro en la Facultad de Artes, y el más grande y equipado, en pleno CCU. Y sí, todos están disponibles de lunes a viernes y abiertos tanto a estudiantes, como a personal académico, administrativo… ¡y hasta a papás que se involucran en la crianza!

El lactario del CCU fue inaugurado en octubre de 2024 y tiene de todo: cinco módulos independientes con sillones, ventilación, refrigeradores, cambiador, lavabos y hasta señalética. El horario es de 9:30 a 16:30 hrs. También llevan un registro interno para medir qué tanto se usa y cómo mejorar. Aunque la mayoría de usuarias son mujeres, también se han registrado hombres usando el espacio. Bien ahí por la corresponsabilidad.

En el ICGDE el lactario lleva funcionando desde julio de 2024, y el de la Facultad de Artes desde junio del mismo año. Este último, además, tiene un mural sobre la lactancia materna, hecho por estudiantes de Artes Plásticas, que le da ese toque artístico y reivindicativo al tema.

La doctora Denny Aleksandra García Gutiérrez, quien además de ser secretaria Administrativa del ICGDE es mamá, aseguró que estos espacios son clave para poder atender a su hija de un año y medio sin sacrificar su trabajo. “No es solo tener un cuartito, es contar con un lugar digno y cómodo”, señaló.

Con todo esto, la BUAP no solo cumple, sino que se pone las pilas en crear una universidad más empática, incluyente y respetuosa con las distintas formas de vivir la maternidad y la crianza. ¡Así sí se puede!