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Adriana Colchado

De odiar los parquímetros a aprovecharlos

Columna de opinión Adriana Colchado (@tamalito_rosa)

Ahora resulta que los parquímetros de Pepe Chedraui son el nuevo anticristo, como si no hubiéramos tenido esta conversación una y otra vez desde que el PAN nos los recetó en su momento. ¿Se acuerdan? Pagar por estacionarnos en vía pública, sin más beneficio que el coraje de dejarle nuestro dinero a un sistema que no nos protegía de los cristalazos ni de los viene-viene con aires de concesionarios de la vía pública.

Yo era de esas que odiaba los parquímetros porque me impedían estacionarme afuera de mi trabajo sin sentir que mi quincena se iba en un gasto innecesario. No solo pagaba por dejar mi coche, sino que a las cuatro horas tenía que moverlo o rezar para no encontrarme una multa tamaño ego de funcionario. Pero esta vez el esquema es diferente.

El nuevo modelo de parquímetros de Chedraui es gratuito. Tres horas de estacionamiento sin pagar un solo peso. El único ‘pero’ es que tienes que registrarte. Y aquí es donde la gente ya se anda ahogando en un vaso de agua, que si la app, que si no todos tienen teléfono inteligente, que si es clasista… A ver, tranquis drama queens, también se puede hacer el registro en negocios cercanos.

El highlight del nuevo sistema es el seguro antirrobo y contra cristalazos y rayaduras (¡al fin alguien pensó en esto!). A partir de febrero de 2025, si te rompen un vidrio o te roban el coche mientras estás legalmente estacionado, no estarás solo con tu indignación y tu registro en el parquímetro como único testigo. Eso sí, el seguro no cubre autopartes, así que si te roban los espejos… pues lo siento, esa sigue siendo una tradición nacional difícil de erradicar.

Y para las quejas de quienes trabajan en el Centro y antes tenían que estar moviendo su coche cada cuatro horas, ahora pueden tramitar un permiso especial. Porque sí, no todo el mundo está de paso, hay gente que literalmente tiene su vida ahí.

Ahora, entiendo la preocupación por la reducción del tiempo de estacionamiento de cuatro a tres horas. Pero, viéndolo con cinismo útil, esto también es una forma elegante de acelerar reuniones incómodas: “Uy, se me acaba el tiempo del parquímetro, me tengo que ir”. O una excusa perfecta para que las visitas no se te instalen todo el día en casa. “¿Te quieres quedar más tiempo? Saca tu permiso o vete al estacionamiento.”

El verdadero chisme es que el contrato firmado por Chedraui para este esquema también considera la expansión de los parquímetros a más zonas. Y aquí es donde los titulares escandalosos hacen su aparición: ¡Se ampliarán los parquímetros! ¡Atención, Puebla, el apocalipsis se acerca! Pero, si la gente ya se estaciona en esos espacios públicos de todas formas, ¿no es mejor hacerlo con un seguro incluido?

Esto, por supuesto desde mi perspectiva ciudadana.Los parquímetros son útiles para la movilidad y para la seguridad. Ahora si me pongo en modo reportera, me preguntaría ¿quién se queda con el negocio?, porque si bien gratis para los usuarios, no lo es para la administración pública, pues su operación tiene su costo.

Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.

Por Adriana Colchado
@Tamalito_Rosa

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