El narco-musical ‘Emilia Pérez’, del cineasta francés Jacques Audiard, y el drama brasileño ‘I’m Still Here’, dirigido por Walter Salles, se han colocado entre los cinco filmes nominados al Óscar a Mejor Película Internacional. Junto a ellos, compiten la animada ‘Flow’, el drama indio ‘The Seed of the Sacred Fig’ y la cinta africana ‘The Girl with the Needle’.
‘Emilia Pérez’, protagonizada por la actriz española Karla Sofía Gascón, relata la transición de Manitas, un poderoso jefe de un cartel mexicano, hacia Emilia Pérez, la mujer que siempre soñó ser. Audiard combina elementos de suspenso, comedia y drama con números musicales para abordar temas de gran relevancia social como el activismo trans, los feminicidios, el narcotráfico, la corrupción y la tragedia de los desaparecidos en México. Sin embargo, a pesar del reconocimiento internacional que ha cosechado la película —incluidos dos Globos de Oro—, su recepción en México ha sido notablemente negativa.
Críticos y público mexicano han acusado a ‘Emilia Pérez’ de reforzar estereotipos y tratar con superficialidad e insensibilidad temas que afectan profundamente al país. Aunque el filme se desarrolla en México, muchos consideran que carece del respeto y la autenticidad que un relato sobre estas problemáticas, requiere. Esta reacción contrasta marcadamente con la acogida de ‘I’m Still Here’, que aborda el dolor y la resistencia con una mirada mucho más introspectiva y respetuosa.
El drama de Walter Salles sigue la historia de una madre brasileña, interpretada magistralmente por Fernanda Torres, que enfrenta la devastación de su familia a manos de una dictadura militar en 1971. La película explora cómo el trauma personal y social se entrelazan, presentado una narrativa cruda pero profundamente humana. La interpretación de Torres, galardonada con el Globo de Oro a Mejor Actriz en una Película de Drama, ha sido elogiada como una de las más potentes del año, consolidando la tradición familiar de excelencia en el cine: su madre, Fernanda Montenegro, también fue nominada al Óscar en 1999 por ‘Estación Central’, otra obra dirigida por Salles.
En esta carrera por el Óscar, ‘I’m Still Here’ se presenta como un ejemplo de cómo una narrativa puede abordar temas difíciles sin caer en la banalización, mientras que ‘Emilia Pérez’ ha generado un debate sobre los límites entre el entretenimiento y la responsabilidad narrativa. Ambas películas ofrecen perspectivas únicas, pero su recepción refleja cómo el contexto y la sensibilidad cultural juegan un papel crucial en la forma en que las historias son recibidas en el mundo.