Nueva York. Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, fue sentenciado a libertad incondicional por el juez Juan M. Merchan en el caso de pagos irregulares para silenciar una relación extramarital con la actriz Stormy Daniels. Con esta sentencia, el republicano de 78 años evita la prisión y cualquier obligación adicional con la corte, a pesar de haber sido declarado culpable de 34 delitos de falsificación de registros comerciales. Esta decisión lo convierte en el primer presidente estadounidense con una condena penal en su haber.
El caso, que atrajo la atención mundial, se centró en las maniobras de Trump para ocultar pagos antes de las elecciones presidenciales de 2016, que finalmente ganó. En mayo de 2024, un jurado lo declaró culpable de múltiples delitos relacionados con estos pagos. A pesar de que el expresidente y sus abogados calificaron el proceso como una «caza de brujas» y denunciaron interferencia electoral, el fallo del jurado permaneció firme.
El juez Merchan, al explicar su veredicto, afirmó que aunque el caso pudo parecer extraordinario por su alto perfil, los procedimientos fueron «ordinarios» y conformes con la ley. «El veredicto del jurado no puede ser borrado», enfatizó. Trump, quien asistió a la audiencia por videoconferencia, escuchó la sentencia que lo libera de prisión o multas, despejando el camino para su regreso a la Casa Blanca sin restricciones legales inmediatas.
Polémica y reacciones divididas
El fallo ha generado un intenso debate. Los críticos argumentan que la sentencia es demasiado indulgente para un presidente con una condena penal, mientras que sus partidarios lo ven como una prueba de su resistencia frente a lo que llaman ataques políticos injustificados. Sin embargo, los expertos legales señalan que el veredicto condenatorio mantiene su peso, aunque sin consecuencias punitivas adicionales.
Un juicio histórico
El juicio de Trump ha sido un evento sin precedentes en la historia de Estados Unidos, no solo por el perfil del acusado, sino también por sus implicaciones para el futuro político del país. Con este resultado, Trump queda habilitado para continuar con su vida pública y sus aspiraciones presidenciales en un clima de profunda polarización.