Bienvenidos al inicio de esta nueva columna llamada «Mentes en Diálogo» yo soy la psicóloga Gina y cada quincena, en este espacio les traeré artículos y discusiones que nos sumergirán en variedad de temas que cuestionarán nuestras percepciones habituales.
Nuestro objetivo es crear una comunidad de lectores curiosos y críticos, queremos que «Mentes en Diálogo» pueda contribuir a una conversación más amplia sobre qué significa ser humano en el mundo contemporáneo.
El tema de interés de esta semana será el “Día de las Madres”, este 10 de mayo se celebra en nuestro país y considero importante hablar de este tema ya que todos los seres humanos venimos de una madre, algunas ya lo son y otras tal vez deseen serlo en un futuro.
Esta es una celebración que más allá de su significado comercial, posee un profundo impacto psicológico tanto para madres como para hijas e hijos. Esta fecha especial brinda una oportunidad para reflexionar sobre el rol fundamental que desempeñan las madres en el desarrollo emocional y psicológico de los individuos. Desde el nacimiento, las madres suelen ser las primeras en establecer un vínculo afectivo con sus hijos, proporcionando no solo cuidados físicos sino también seguridad emocional, lo cual es esencial para el desarrollo saludable de la autoestima y la identidad personal de las niñas y niños.
El reconocimiento de este papel mediante la celebración del Día de las Madres puede ser enormemente gratificante para ellas, reforzando su autoestima y el valor de su labor diaria. Además, este día es una oportunidad para que las madres reflexionen sobre su propio crecimiento emocional y personal, aspecto que también es vital para su bienestar psicológico.
Sin embargo, el Día de las Madres también puede evocar una gama de emociones más complejas para aquellos cuyas relaciones maternas fueron difíciles o para aquellos que han perdido a sus madres. La psicología reconoce que días festivos como este pueden resurgir sentimientos de pérdida, nostalgia o incluso resentimiento. Es importante abordar estos sentimientos de manera saludable, permitiendo un espacio para el reconocimiento de estas emociones sin culpa o vergüenza. En muchos casos, buscar apoyo terapéutico puede ser un paso positivo hacia la curación.
Este día además de una celebración también puede servir como un momento de aprendizaje y crecimiento personal para todos los involucrados. Para las madres, puede ser una ocasión para reflexionar sobre sus propias necesidades y deseos, a menudo relegados a un segundo plano por las demandas de la maternidad. Para las hijas e hijos, puede ser un momento para reconocer y agradecer las complejas y a menudo desapercibidas contribuciones de sus madres, fortaleciendo así el vínculo y fomentando una mayor empatía. En resumen, este día tiene el potencial de ser mucho más que una simple celebración; puede ser una jornada significativa de conexión emocional y reconocimiento mutuo. Feliz día de las madres.
Gina Oropeza
Lic. en Psicóloga y Educadora en Diabetes Certificada
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