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Fernanda Paredes

Sergio Andrade no está muerto

Está vez sí voy a cambiarle el tono a la columna para poder hablar de uno de los temas de crimen real que me obsesiona que es: el grupo coercitivo de Sergio Andrade.

Hace un par de días se compartió la noticia, en medios no tan confiables, de la muerte del ex productor de Gloria Trevi: Sergio Andrade, este sujeto es un criminal que tenía una especie de secta sexual donde mantenía privadas de su libertad a adolescentes y mujeres jóvenes.

Este terrible ser humano tenía toda una fachada de productor musical y dueño de una academia para atraer adolescentes y mujeres jóvenes interesadas en tener una carrera artística, engañaba a ellas y a sus familias con promesas de becas y trabajos en la industria, además debemos resaltar que estaba protegido por personas como productores más grandes y su hermano con un puesto político.

Cuando los padres descubrían sus verdaderas intenciones se las llevaba a otros países, les daba largas, los amenazaba con sus vínculos con el poder o se casaba con ellas como es el caso de María Raquenel alias Mary Boquitas y Aline Hernández, ambas casadas con Andrade a los 15 años. Hacia todo esto para eludir su responsabilidad y usaba a las chicas como escudo humano, ellas lo defendían, por el grado de manipulación y aislamiento en el que estaban.

Todas las miembras del grupo llegaron siendo muy jóvenes y fueron sometidas a todo tipo de violencia, con el paso del tiempo se convirtieron victimarias las unas de las otras, ayudando a conseguir nuevas chicas para el mal llamado clan, quiero destacar que todo esto lo hicieron bajo ordenes de este señor impresentable. 

Las mujeres víctimas de este hombre continúan lidiando con las terribles consecuencias de tantos años de abuso, falta de justicias y revictimización de la sociedad y los medios de comunicación. Todos les debemos una enorme disculpa, por no tomar lo suficientemente en serio este tema, por darle voz a ese señor para decir sus babosadas tratando de justificarse, por hacerlas compartir detalles que las lastimaban y por dejar que este sujeto siga libre.

Sergio Andrade fue juzgado en México solo por uno de los tantos crímenes que cometió, solo se le “castigo” por la denuncia de Karina Yapor, la única menor de edad del grupo en 1999 cuando se desató el escándalo por el libro La Gloria por el infierno, que es la historia de cómo Aline Hernández fue víctima de este señor. Para no enfrentar las consecuencias de sus terribles actos, este tipo huyó junto con varias chicas a Brasil, justo en un momento en el que Gloria Trevi tenía mucho éxito, invento que tenía cáncer y la hizo anunciar su retiro temporal, dejando colgados a empresarios de televisoras, quienes se encargaron, ahora sí de buscarlos y darle voz a Aline, una de las víctimas.

Más adelante en la cárcel de Brasil para evitar su extradición y supongo que para recibir mejores tratos se inventó su síndrome de Guillain-Barré, que se iba a casar con una mujer madura brasileña, que lo querían matar en México por eso pidió asilo político, entre otras cosas ridículas.

Las últimas cosas que sabemos de Andrade es que radicaba en Cuernavaca, daba clases de música y tenía un negocio de comida, que vive con sus hijas y Sonia Ríos, que viajó a España y que está gravemente enfermo. Estas tres últimas cosas seguramente las filtro para despistar porque actualmente hay una demanda en su contra en Estados Unidos para que las víctimas puedan tener un poco de la justicia que en este país se les negó, por todo el historial de ese viejo impresentable.

Mientras escribo esta columna leo que ya salió a decir Gustavo Adolfo Infante que se comunicó con él y desmintió su muerte, sorprendiendo a nadie, es un viejo detestable, cobarde y mentiroso que suelta un montón de rumores sobre él para distraer a la gente.

Hasta aquí mi crónica atípica, se aceptan chismes, especulaciones, mentadas de madre y comentarios.

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