No es novedad que últimamente el viajar con tu mascota, se ha convertido en una actividad más común, y si tomamos en cuenta que gran parte de la generación millennial ha decidido formar sus familias con mascotas en lugar de hijos; se esperaría que las empresas que ofrecen a sus clientes ser acompañados por sus animalitos en sus espacios y servicios, tuvieran al menos una capacitación básica del manejo, condiciones y logística necesaria para implementar dicha prestación de manera efectiva.
Hace 2 días un usuario de TIKTOK expuso a la aerolínea Volaris por haber extraviado a su perrito Puni en un vuelo de Dallas hacia Ciudad de México; el can que portaba rastreador nunca abordó el mismo vuelo que su dueño, quien al percatarse del incidente le indicó a una sobrecargo la situación y obtuvo una respuesta simple “no se preocupe va a llegar en el siguiente vuelo”; el propietario espero en el aeropuerto hasta media noche por la llegada de Puni y hasta ese punto se le informó llegaría al siguiente día en un vuelo de San Antonio, pero, durante la madrugada el rastreador de Puní indicaba que se encontraba en un domicilio particular en Dallas, motivó que lo llevó a acudir a las redes sociales para buscar justicia y que Volaris se hiciera responsable de este incidente.
Como la presión social y una mala imagen en redes lo pueden todo, el personal de Volaris empezó a movilizarse y después de más de 20 horas del primer reporte en TIKTOK, Puni y su dueño se reencontraron, claro no sin antes querer que el afectado firmara un papel donde aceptaba se le había entregado su mascota en buenas condiciones, o sea Volaris lavándose las manos de cualquier consecuencia o malestar que Puni presentara después del incidente; para sorpresa de nadie el dueño del cachorro se negó a firmar dicho documento y con justa razón comentó que hasta no saber el estado de salud de su compañero no deslindaría a la aerolínea del suceso.
Puni se encontraba deshidratado y obviamente bajo mucho estrés pues había pasado demasiado tiempo encerrado en su transportadora, e incluso en uno de los 3 videos que se compartieron del caso, se puede ver al pobre animalito dejando un charco de pipí en el aeropuerto pues el dueño comenta estaba entrenado para no hacer adentro de su kennel.
Aunque afortunadamente Puni llegó vivo y con malestares completamente tratables y que requieren solo de supervisión, no puedo dejarme de preguntar ¿hasta donde podría haber llegado este caso si el dueño no hubiera compartido su caso y se hubiera viralizado?, ¿por qué la comunicación entre Volaris y el dueño de Puni fluyó hasta que ya estaban en el ojo público?, ¿Qué parámetros ocupan para decidir si subir o no a un ser vivo al mismo vuelo que su propietario?, si bien la decisión de viajar con tu mascota también conlleva una responsabilidad para el dueño, ¿Hasta donde llega la responsabilidad de estas empresas sobre la vida de un ser inocente?
@@laColchado