La comunidad deportiva y el mundo entero están de luto tras la trágica muerte de la atleta ugandesa Rebecca Cheptegei, quien falleció a los 33 años en el Hospital Universitario y de Referencia Moi de Eldoret, Kenia. La deportista, quien había participado en los recientes Juegos Olímpicos de París 2024 y obtenido la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Carrera de Montaña y Trail en 2022, fue víctima de un ataque violento que ha conmocionado a la opinión pública.
Cheptegei fue trasladada al hospital con quemaduras en el 80% de su cuerpo, luego de ser rociada con gasolina y prendida fuego por su ex pareja, Dickson Ndiema Marangach. El suceso ocurrió en el condado de Trans Nzoia, Kenia, después de que Marangach ingresara a la vivienda de Cheptegei con un galón de gasolina mientras ella no estaba. La pareja había tenido una discusión previa sobre un terreno, lo que aparentemente desató el ataque.
El asesinato de Cheptegei no es un caso aislado en la región. Su muerte se suma a una serie de incidentes trágicos que han afectado a atletas de África Oriental. En 2021, Agnes Tirop fue asesinada y su pareja fue identificado como principal sospechoso. Al año siguiente, Damaris Mutua también fue víctima de un homicidio, con su pareja nuevamente señalado como sospechoso por las autoridades.
Este nuevo caso subraya la persistente y alarmante tendencia de violencia de género que afecta a mujeres en el deporte y fuera de él. La violencia doméstica y los feminicidios siguen siendo problemas graves que requieren una acción decidida para garantizar la seguridad y justicia para las mujeres.
Rebecca Cheptegei no solo fue una atleta talentosa, sino también un símbolo de determinación y resiliencia. Su trágica muerte pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar la violencia de género y fortalecer los mecanismos de protección para las mujeres en todas las esferas de la vida.
La comunidad atlética y la sociedad en general deben unirse para enfrentar y erradicar estas injusticias, asegurando que el legado de Cheptegei y de otras mujeres víctimas de violencia no sea olvidado y sirva como un llamado a la acción para un cambio positivo y duradero.