La cuenca del río Atoyac, una de las más contaminadas de México, podría recuperar su equilibrio ecológico gracias a un proyecto multidisciplinario desarrollado por investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). La iniciativa plantea un enfoque integral para atender los múltiples problemas ambientales que afectan la región.
El deterioro del ecosistema en la cuenca del río Atoyac se ha agravado por el uso desmedido del suelo para actividades agrícolas y ganaderas, el crecimiento poblacional y la intensa actividad industrial en la zona Puebla-Tlaxcala. Esto ha generado contaminación en suelos, agua y aire, además de la pérdida de biodiversidad y alteraciones en el régimen hidrológico.
Ante este panorama, un grupo de expertos de diversas facultades de la BUAP, en colaboración con académicos de la UNAM y la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, diseñó un plan que establece 41 acciones y 674 actividades organizadas en seis áreas principales y tres ejes transversales: salud, derechos humanos y cambio climático. Entre las medidas propuestas destacan la reforestación de áreas degradadas, el control de la erosión del suelo y la implementación de 100 puntos de monitoreo en la cuenca, beneficiando a más de 2.5 millones de habitantes.
El doctor Jorge Alejandro Torres Jaramillo, investigador del Instituto de Ciencias de la BUAP, destacó la importancia del uso de zeolitas para fabricar filtros capaces de retener metales pesados y otros contaminantes del agua. Estos filtros, que pueden instalarse en el sistema de alcantarillado del Centro Histórico de Puebla, han demostrado en pruebas de laboratorio una efectividad del 95% en la captura de sustancias tóxicas, con un costo menor al de los filtros industriales.
Por su parte, los ingenieros José Salvador Mozo Arista y Juan Francisco Leyva Cuevas proponen la construcción de plantas de tratamiento y obras hidráulicas adaptadas a las necesidades de cada municipio dentro de la cuenca. Su objetivo es gestionar tanto las aguas domésticas como las descargas industriales desde las primeras poblaciones del afluente hasta la presa de Valsequillo.
Además de las soluciones tecnológicas, los especialistas subrayan la necesidad de un uso eficiente del agua y de la participación activa de la sociedad y los gobiernos locales para garantizar el éxito del proyecto. El doctor Torres Jaramillo enfatiza que siete de cada 10 litros de agua son destinados a la producción de alimentos, pero sólo el 2% es realmente absorbido por las plantas, lo que refleja la urgencia de mejorar los procesos de aprovechamiento del recurso hídrico.
Este plan integral no solo busca recuperar la calidad del agua en la cuenca del río Atoyac, sino también generar conciencia sobre la importancia de su conservación, involucrando a distintos sectores para lograr una solución sustentable a largo plazo.