El pasado 26 de noviembre, autoridades de la Ciudad de México clausuraron el albergue «En Busca de un Hogar» en la colonia Narvarte Poniente, lo que desató enfrentamientos entre vecinos y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT). Durante el operativo, se rescataron 24 perros y 29 palomas, según cifras oficiales.
La comunidad sale en defensa de Sonia
El cierre generó indignación entre vecinos, quienes aseguran que los animales bajo el cuidado de Sonia no eran maltratados. La comunidad se movilizó hacia Eje 4 Sur y avenida Cuauhtémoc, exigiendo la liberación de Sonia N., encargada del refugio, así como el retorno de los animales.
«Este refugio ha sido un hogar para animales en situación crítica por más de dos décadas. Sonia no merece ser tratada como una delincuente; su labor ha salvado vidas y formado una comunidad de voluntarios y adoptantes» expresó una de las vecinas durante la protesta.
¿Dónde están los animales?
César Cravioto, Secretario de Gobierno de la Ciudad de México, afirmó que los perros fueron trasladados a dos lugares: la Brigada de Vigilancia Animal y un albergue particular. Además, se está adecuando un espacio temporal para alojar a los animales mientras se les busca un hogar definitivo. Sin embargo, esta solución ha dejado insatisfechos a quienes respaldan el trabajo de Sonia.
«Desmantelar el albergue no es la solución. Exigimos que los animales sean tratados con el mismo amor y cuidado que Sonia les brindaba» señalaron los manifestantes.
Sonia, libre de cargos
Tras ser detenida durante el operativo, Sonia fue liberada y no enfrentará cargos penales por maltrato animal. César Cravioto enfatizó que Sonia no es una delincuente y reconoció su dedicación a la protección de animales:
«No tiene nada de qué preocuparse. Es una activista que entrega su vida para proteger animales. Tal vez las condiciones no eran ideales, pero esto no la convierte en una criminal.»
Una labor invaluable, pero en la mira
El refugio «En Busca de un Hogar» llevaba más de 20 años operando gracias a donaciones y el esfuerzo de voluntarios. Según vecinos, su labor ha sido un ejemplo de empatía y solidaridad. Además de rescatar animales, el albergue organizaba eventos especiales, como celebraciones navideñas para consentir a los perros y gatos con momentos de amor y comida especial.
Sin embargo, la PAOT y la SSC argumentan que las condiciones del albergue no eran adecuadas, lo que motivó su intervención.
Indignación y exigencias
A pesar de la liberación de Sonia, la clausura del albergue ha generado una ola de críticas hacia las autoridades. Los vecinos insisten en que la solución no es cerrar espacios como este, sino apoyarlos para mejorar sus condiciones:
«Clausurarlo es ignorar la verdadera problemática del maltrato animal en la ciudad. Sonia hacía lo que el gobierno no ha logrado: cuidar a los más vulnerables con los pocos recursos que tenía.»
Por ahora, los animales permanecen bajo resguardo oficial, mientras la comunidad de la Narvarte exige transparencia en el proceso y un futuro digno para los rescatados.