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Científicos en Coahuila descubren al antepasado de nada menos que el temido T-Rex

¿Te imaginas un dinosaurio con un nombre tan épico que podría sonar como un monstruo de película? Bueno, el dinosaurio de esta historia fue un carnívoro imponente que vivió hace 72.5 millones de años en lo que hoy es Coahuila, México. Este coloso, que pertenecía a la misma familia que el famoso tiranosaurio, alcanzaba los 9 metros de largo y los 3 metros de altura. Y lo más curioso: ¡sus brazos eran tan pequeños que podrían compararse con los de un humano adulto! A pesar de ser uno de los depredadores más formidables de su época, no podría haber sido tan bueno para abrazar.

Este dinosaurio fue encontrado en 2000, cerca de Saltillo, en una zona cercana a la Parrita, en Coahuila. La paleontóloga Martha Carolina Aguillón, quien estuvo al frente de la investigación, se emocionó al descubrir una falange que confirmaba que este dinosaurio era carnívoro. Aunque antes ya se habían encontrado algunos dientes y huesos aislados, el hallazgo fue como un rompecabezas incompleto, pero tras varios años de espera, los científicos han logrado unir las piezas.

¿Y qué descubrieron? Que este dinosaurio no solo es una nueva especie para México, sino también una pieza clave para comprender la evolución de los tiranosaurios. La investigación, que se retomó con fuerza hace año y medio, fue dirigida por el paleontólogo Héctor Rivera del Museo del Desierto y el investigador Nicholas Longrich de la Universidad Bath de Inglaterra. ¡Y vaya que su esfuerzo dio frutos!

Lo interesante es que este dinosaurio pertenece a una familia muy especial, los Tyrannosauridae, que se extendió por lo que hoy es Norteamérica. De hecho, se cree que especies similares como el Labocania, descubierto en Baja California, también compartían esta familia, y juntos dominaban las tierras del antiguo continente de Laramidia, al sur de América del Norte.

En cuanto a su apariencia, este dinosaurio tenía dientes afilados (alrededor de 64) y brazos diminutos, lo que seguramente lo hacía aún más intimidante para sus presas. Se ha logrado identificar el cráneo, huesos de los brazos, patas, caderas, algunas costillas y vértebras, pero, como en cualquier hallazgo paleontológico, hay fragmentos que todavía no han podido ser identificados.

Gracias a las últimas tecnologías y métodos de reconstrucción, los paleontólogos han logrado crear un modelo de cómo lucía este dinosaurio, y poco a poco, nos vamos acercando más a conocer los secretos de la flora y fauna que dominaron la Tierra en la era de los dinosaurios.

¡Prepárate para conocer más sobre este gigante de hace 72 millones de años, que era tan feroz como su descendiente, el T-rex, pero con una personalidad… mucho más «cortita»!

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