El pasado 21 de mayo, cinco monos araña (Ateles geoffroyi) y cuatro aves sietecolores (Passerina ciris) fueron rescatados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) en un lamentable estado de salud, tras ser interceptados en un retén en Galeana, Nuevo León. Estos animales, víctimas del tráfico ilegal de vida silvestre, eran transportados cruelmente en cajas de cartón ocultas debajo de literas dentro de un camión.
El hallazgo, resultado de la colaboración entre la Secretaría de Seguridad Ciudadana y PROFEPA, revela una realidad alarmante: el tráfico de animales silvestres sigue cobrando víctimas que padecen condiciones inhumanas en manos de quienes lucran con su sufrimiento. El mono araña y el sietecolores, ambos protegidos por la NOM-059-SEMARNAT-2010, no son mercancía, son seres sintientes que merecen respeto y libertad.
Los ejemplares fueron trasladados a una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) donde recibirán atención veterinaria especializada. Sin embargo, su recuperación física no borra el trauma y el daño ocasionado por el cautiverio.
Desde una perspectiva animalista, este caso nos recuerda la urgente necesidad de combatir con firmeza el comercio ilegal de fauna y promover una cultura de respeto hacia todas las formas de vida. Las acciones legales iniciadas por PROFEPA, incluyendo una denuncia penal ante la FGR, son un paso importante, pero es responsabilidad de toda la sociedad exigir y construir un mundo donde ningún animal tenga que sufrir por el egoísmo humano.
No compres, no vendas, no encierres. La fauna silvestre pertenece a la libertad.

