El reciente caso de violencia de género que ha conmocionado a la sociedad mexicana expone la alarmante realidad de que, en México, hombres violentos y misóginos pueden ocupar altos cargos de poder. El pasado 21 de junio, Álvaro Tapia Castillo, edil de Acteopan, golpeó y atropelló a su esposa, María Elianet Sandoval, en un acto de brutalidad que resultó en su feminicidio
La tragedia ocurrió en Izúcar de Matamoros alrededor de las 22:00 horas, cuando la pareja se encontraba realizando actividades personales. Tapia Castillo, en estado de ebriedad, inició una discusión con su esposa que rápidamente se tornó violenta tanto verbal como físicamente. Desesperada, María Elianet bajó de la camioneta en la que viajaban, solo para ser atropellada por su esposo, quien le causó fracturas en costillas, piernas, brazos y cabeza. La presidenta honoraria del DIF del municipio de Acteopan, de 44 años, quedó gravemente herida en el suelo mientras su agresor se dio a la fuga. Pese a que los vecinos solicitaron asistencia médica, María Elianet murió debido a la gravedad de sus heridas.
Desde el día del asesinato, Álvaro Tapia Castillo ha estado prófugo, sin comunicación con las autoridades. El gobernador Sergio Salomón Céspedes ha declarado que la Fiscalía General del Estado (FGE) ya está investigando el caso y que se llegará hasta las últimas consecuencias. No obstante, estas declaraciones se sienten insuficientes en un país donde la violencia de género se perpetúa y los feminicidas pueden llegar a ocupar puestos de poder.
Este caso pone de relieve la urgencia de abordar el problema sistémico de la violencia contra las mujeres en México. A pesar de las condenas enérgicas de los actores políticos, la realidad es que un hombre capaz de golpear y atropellar a su esposa hasta la muerte pudo ser elegido como alcalde. Este hecho no solo resalta la impunidad con la que actúan los agresores, sino también la falta de mecanismos eficaces para prevenir y sancionar la violencia de género.
Es crucial que las autoridades actúen con celeridad y transparencia para llevar a Álvaro Tapia Castillo ante la justicia y enviar un mensaje claro de que la violencia contra las mujeres no será tolerada, sin importar la posición de poder que el agresor ocupe. Solo así podremos empezar a construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir libres de violencia y discriminación.