Las llamadas “golden visas” o “visas de oro” en España han sido un acceso privilegiado para aquellos que buscan vivir, trabajar o estudiar en el país y en toda la Unión Europea. Requieren una inversión significativa, como la compra de una propiedad de al menos 500.000 euros o tener instrumentos financieros por 1 millón de euros en territorio español.
Estos visados han sido un atractivo para inversores extranjeros, brindándoles la posibilidad de moverse libremente por la Unión Europea y el espacio Schengen, que abarca 26 países. Además, ofrecen acceso a los sistemas de salud y educación públicos, así como beneficios en tasas universitarias.
Sin embargo, el gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado planes para eliminar este acceso a las “golden visas” a través de la compra de propiedades. Esto se da en un contexto de creciente dificultad para acceder a la vivienda en las principales ciudades españolas debido al aumento de los alquileres y las elevadas tasas de interés para hipotecas.
Sánchez declaró que la medida busca garantizar que la vivienda sea un derecho y no un objeto de especulación. Señaló que la mayoría de las visas otorgadas estaban relacionadas con propiedades en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Alicante y las Islas Baleares, áreas donde el mercado inmobiliario está bajo una gran presión.
“Son las ciudades que se están enfrentando a un mercado de la vivienda altamente tensionado, donde es casi imposible encontrar una vivienda digna para quienes viven y trabajan en ellas y pagan sus impuestos cada día”, expresó el presidente español.
Enfatizó que el modelo de inversión especulativa en vivienda no es el camino que el país necesita, ya que conduce a la desigualdad y la inaccesibilidad de la vivienda para muchos jóvenes y familias. Con esta medida, el gobierno busca cambiar el enfoque hacia un modelo que priorice el acceso justo y equitativo a la vivienda para todos los ciudadanos.