En la colonia La Loma en Puebla, un bebé de aproximadamente dos años fue encontrado dentro de una maleta de viaje, evidenciando signos de abandono y violencia. Fueron los vecinos, alarmados por los llantos que emanaban del equipaje, alertaron a las autoridades locales.
El pequeño, hallado con aparentes quemaduras en su cuerpo, fue rápidamente atendido por personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y Protección Civil municipal. Tras recibir atención prehospitalaria, fue trasladado a un lugar seguro y puesto bajo la custodia del Sistema DIF Municipal, donde recibirá los cuidados necesarios para su bienestar.
Abordar el tema del abandono materno implica adentrarse en una compleja red de expectativas y estereotipos arraigados en una sociedad heteronormativa. En este contexto, se presume que las madres son naturalmente protectoras y están destinadas a amar incondicionalmente a sus hijos. Por lo tanto, cuando surge la historia de un recién nacido abandonado, la mirada social recae inmediatamente en la mujer que lo dio a luz. Este acto desafía la narrativa establecida y despierta juicios morales, pues se considera que la maternidad es una obligación sagrada que no debería ser cuestionada.
Los padres que se alejan de la crianza de sus hijos no enfrentan el mismo nivel de escrutinio social que las madre…
En contraste, el abandono paterno se percibe de manera diferente en algunos contextos, llegando incluso a normalizarse en ciertas comunidades. Los padres que se alejan de la crianza de sus hijos no enfrentan el mismo nivel de escrutinio social que las madres, lo que revela una clara disparidad en la manera en que se juzga y se estigmatiza a hombres y mujeres en relación con la parentalidad.
Es importante reconocer que el abandono materno no siempre está motivado por la falta de amor hacia el hijo, sino que está influenciado por una multitud de factores y contextos que deben ser considerados para comprender plenamente la complejidad de cada situación individual. Desde una perspectiva psicológica, social y de género, es esencial analizar las posibles causas subyacentes a este acto.
- Problemas de salud mental: Las madres que sufren de trastornos mentales como la depresión postparto, la ansiedad o la psicosis pueden tener dificultades para cuidar adecuadamente de su hijo y pueden optar por el abandono como una forma de escapar de sus propios problemas.
- Presión social o económica: El estrés financiero, la falta de apoyo social o la ausencia de recursos pueden llevar a una madre a sentirse abrumada y sin capacidad para cuidar de su hijo. En algunos casos, pueden considerar que el abandono es la única opción disponible.
- Historia de abuso o negligencia: Las madres que han experimentado abuso o negligencia en su propia infancia pueden tener dificultades para establecer un vínculo seguro con sus hijos y pueden repetir patrones de abandono.
- Problemas de pareja o divorcio: Los conflictos de pareja, la separación o el divorcio pueden generar tensiones emocionales que dificultan el cuidado de los hijos. En algunos casos, una madre puede elegir abandonar a su hijo como una forma de escapar de una relación tóxica o problemática.
- Falta de habilidades parentales: Algunas madres pueden carecer de las habilidades necesarias para criar a un niño debido a su propia crianza o a la falta de modelos parentales positivos en su vida.
- Falta de apoyo y recursos: La falta de apoyo emocional, social o económico puede hacer que una madre se sienta abrumada y sin capacidad para cuidar de su hijo, llevándola a tomar decisiones extremas como el abandono.
- Violencia en el hogar: La violencia doméstica, ya sea física, emocional o sexual, puede crear un ambiente de miedo y trauma en el hogar. Una madre que experimenta violencia por parte de su pareja o de otros miembros de la familia puede sentirse atrapada y desamparada, lo que aumenta el riesgo de abandono infantil como una forma de protegerse a sí misma y a su hijo.
Independientemente de si el abandono es perpetrado por un hombre o una mujer, es crucial reconocer que dejar a un niño indefenso sin cuidado es moralmente cuestionable y constituye un delito penal que será castigado con la pena de prisión de uno a dos años.
