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El miedo no anda en burro: Adán Augusto saca la cabeza tras jalón de orejas presidencial

Por si andaban con el pendiente, el senador y exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López, por fin rompió el silencio. Sí, justo después de que la presidenta Claudia Sheinbaum lo pusiera en la mira (con toda diplomacia, claro) desde la Mañanera. Qué casualidad, ¿no?

Después de varios días de silencio sepulcral —y de no dar ni señales de vida pública— el también exsecretario de Gobernación reapareció… pero no frente a medios, sino desde el cómodo terreno de las redes sociales, donde no hay preguntas incómodas. Ahí dijo estar «a la orden de cualquier autoridad que me solicite». Muy dispuesto, muy correcto… pero también muy precavido, porque el horno no está para bollos.

¿Y por qué este timing tan preciso? Resulta que la presidenta Sheinbaum declaró que sería “pertinente” que Adán Augusto diera su versión sobre los presuntos vínculos criminales de su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez. Este personaje —por si no lo ubica— está prófugo, con orden de aprehensión en mano, y señalado por presuntos nexos con el grupo delictivo La Barredora. Ahí nomás.

Adán Augusto, que fue gobernador de Tabasco de 2019 a 2021, respondió rápido (y bien medido): que no ha sido requerido por ninguna autoridad, pero que si lo llaman, él se deja ver. Hasta gráfica compartió en su mensaje, asegurando que en su administración se redujo sustancialmente la criminalidad. Como quien dice: “yo tengo otros datos… y aquí está la prueba en PowerPoint”.

Eso sí, con tono muy institucional, agregó que cualquier exfuncionario de su gobierno que esté bajo investigación debe presentarse ante las autoridades. Porque la justicia, según él, no se esquiva. Nomás se espera a que le echen una indirecta presidencial para aparecer.

Y es que no es cualquier indirecta. Claudia Sheinbaum dejó clarito que en su gobierno no habrá protección para nadie. Traducción: el manto de impunidad ya no es garantía ni para los amigos de Palacio.

Así que Adán Augusto, que hace no mucho quería ser presidente, ahora se acomoda como senador… y como espectador incómodo de su pasado político. Porque cuando a tu exsecretario de seguridad lo vinculan con el crimen organizado, no hay comunicado que alcance.

Por ahora, no hay citatorio. Pero el mensaje quedó claro: si te hablan, contesta. Y si puedes, mejor ve posteando tu disposición. No vaya a ser que el silencio se interprete como sospechoso.

Y como diría el clásico: el que nada debe, nada teme… pero sí tuitea.