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Larissa Colchado

¡Qué penca Chile! Diputados apoyan las carreras de Galgos como tradición nacional

El pasado martes 13 de Agosto 2024, el congreso de diputados en Chile votó en contra de prohibir las carreras de perros; con 68 votos en oposición de la iniciativa, los chilenos se negaron a acabar con estas costumbres que varias asociaciones animalistas han señalado como prácticas de abuso y maltrato animal.

Como en esta columna de opinión a su servidora no le gusta opinar sin contexto, aquí les va lo que leí y averigüe sobre el revuelo que se armó en redes.

Una de las principales razones por las cuáles los diputados chilenos decidieron no aprobar esta ley fue “la tradición”, así es, estás carreras han formado parte de las comunidades rurales al rededor de todo el país, y como decía Juan Gabriel, ‘no cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor’, y es que los representantes no quisieron analizar ni profundizar acerca de si es una tradición que valga la pena mantener viva, o que sea algo que en verdad represente los valores y esencia de los chilenos.

Las carreras de Galgos es una actividad que tuvo sus inicios en Hendon, Londres por el año de 1876 aproximadamente, ha Estados Unidos llegó en 1920 y se extendió por el continente en los años posteriores, pero en Chile se empezó a popularizar en 1989, esto según diversas páginas en internet y redes sociales, por esto mismo me pregunté ¿qué tanta tradición son estas carreras en una zona que lleva menos de 40 años en auge?. Pese a que estas competencias fueron consideradas como deporte en algunas regiones del mundo por lo menos en Chile no está bajo ese rubro y aunque probablemente no todos los canódromos existentes tengan prácticas de maltrato y abuso animal, el hecho de que sean actividades que no se han legislado, si abre la puerta y las posibilidades a que las condiciones que viven los animales sean deplorables y que sufran de explotación por asegurar triunfos que se transformen en compensaciones económicas y promover apuestas.

Si no se enteraron de que trataba, la iniciativa consideraba penas de prisión de 61 a 540 días y multas económicas de 2 a 30 UTM y de 2 a 20 UTM según la infracción a quienes promovieran o difundieras carreras de perros, cualquiera sea su raza; pensando en la poca información que se expuso sobre esta ley, y en mi más humilde opinión, esta propuesta fue una muy débil, pues no buscaba regular sino destruir y el problema de querer cortar de tajo una tradición es que no invita a la reflexión ni el análisis, los espectadores de estas carreras solo ven eso, la competencia en el momento y no están en el proceso ni dentro de las organizaciones por lo que es difícil que puedan percibir todo lo malo detrás de lo que están apoyando y que además los hace sentir una identidad cultural.

¿Me entristeció ver que Chile refutará retirar estás prácticas? Sí, ¿me sorprendió que lo hicieran? No. A veces se atrapan mas moscas con miel que con hiel y en este caso el diálogo y una mejor estrategia como empezar a regular estas costumbres hubiera sido el camino correcto y el primer paso a dar; las asociaciones animalistas chilenas ahora tendrán una gran tarea y un largo sendero que recorrer si quieren intentar nuevamente proteger la integridad de cualquier perro que participe en carreras. 

En México todavía tenemos mucho que solucionar con respecto al bienestar animal así que espero este sea un gran ejemplo para comparar con temas como las corridas de toros y que como diría mi perro si hablará a otro perro con ese hueso cuando se defienda una tradición.

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